Lara Iñiguez Berrozpe
Carmen Guiral Pelegrín, Carlos Sáenz Preciado, Manuel Martín-Bueno
Presentamos el elenco de pinturas del yacimiento de Bilbilis encuadradas dentro de la última fase del II estilo, concretamente en la segunda mitad del siglo I a.C. Bajo estos cánones estilísticos se pintaron el tablinum de la Casa del Larario, dos de los cubicula de las Domus 1 y 2 de la Insula I, la posible exedra también de la Domus 1, y las estructuras seguramente domésticas anteriores al teatro. Así pues, estas pinturas se integran en la primera fase pictórica documentada en el yacimiento. Cabe preguntarse si fue el mismo taller el que elaboró todas estas decoraciones. Sorprende la similitud entre dos de los conjuntos -tablinum de la Casa del Larario y exedra de la Domus 1- y la diferencia en composición, repertorio ornamental y gama cromática entre estos y las pinturas del cubiculum de la Domus 2. Consideramos, sin embargo, que no existe un desfase cronológico, sino que las diferencias se deben a la variada gama de repertorios con los que contaba este taller, en el que se aunaban composiciones tradicionales con otras de vanguardia.
Otro aspecto sobre el que reflexionar lo encontramos en las pinturas decoraban el tablinum de la Casa del Larario edificado en la primera fase de construcción de la casa, que se reforma en época flavia, momento en el que se erige un sacrarium que obliga a la reconstrucción y redecoración del muro medianil entre ambas estancias; sin embargo las otras dos paredes del tablino no se remodelan, perdurando la antigua pintura hasta el abandono d la domus en el siglo II d.C. Curiosamente, el nuevo muro medianil se pinta copiando la decoración anterior, aunque el resto de las habitaciones de la domus ya se pintan bajo los cánones del IV estilo. Es posible relacionar esta perduración con la concepción del tablino como lugar de la memoria, expresión de los valores de dignitas que encarnan la tradición y muestra el pasado ilustre de la domus, ocupada, quizás por los primeros inmigrantes que llegan a la recién nombrada Bilbilis Italica y que los descendientes quisieron preservar como prueba de sus orígenes itálicos.
Por alusión en la comunicación oral al artículo publicado en el CAPA III: E. Ortiz y Paz J.Á.: Transferencias decorativas de abalorios a recipientes de vidrio en época romana: su iconografía en Aragón. En ningún sitio se expresa que la pintura esté imitando a vidrios (p. 225).
Buenas tardes. Creí que ya habíamos discutido esta cuestión por correo electrónico, no obstante, dejo de nuevo mi respuesta:
Leímos con atención su contribución al III CAPA donde se hablaba de esta pintura de II estilo. Asimismo, conozco bien los proyectos en los que está trabajando.
Cierto es que creí entender en su artículo que hablaban de imitaciones de vidrio. En cualquier caso, les sugiero que estudien con detenimiento si es posible la inclusión de estos ojos apotropaicos en pintura mural romana (que eso sí se dice en el artículo -concretamente se habla en la página que usted indica de motivos oculados en el cubiculum de Bilbilis cuando en realidad se trata de una suerte de lumaquelas-). El segundo estilo se basa, entre otras cosas, en la imitación de piedras de distinto tipo, con mayor o menor «fantasía» como dije en mi comunicación, cuyo fin último es proporcionar a la estancia un aspecto monumental. Y esto no lo digo yo, si quieren les puedo proporcionar bibliografía a este respecto.
Efectivamente, hay casos en que podemos apreciar en pintura mural un sentido apotropaico, más allá del meramente ornamental si se quiere, por ejemplo con la representación de oscilla, pero cuando esto se da, se produce de manera muy muy evidente. En pintura (y siempre hablo de pintura, por supuesto no me atrevo a extrapolar esta afirmación a otros soportes), si se desea enviar un mensaje más allá de lo decorativo, no se va a disponer en un sillar de la zona superior de un cubiculum «escondido» entre el resto de imitaciones pétreas ornamentales. La posición en la pared en pintura es absolutamente esencial para el entendimiento global. Le confesamos que nos hubiera encantado «discutir» sobre esta cuestión antes de que publicaran esta interpretación sobre las pinturas.
De todas formas, gracias por la información y seguro que podremos seguir hablando sobre esta interesante cuestión.
Disculpe la tardanza en contestar, no había visto el comentario.
Un afectuoso saludo.
LARA