Esperanza Ortiz Palomar
Juan Ángel Paz Peralta
Se presentan e interpretan determinados artefactos arqueológicos, procedentes de la excavación de 1982, depositados en el Museo de Zaragoza, relacionados con la arquitectura de las termas públicas centrales de Caesar Augusta. Paralelamente, se argumenta el posterior nuevo uso, reutilización y pervivencia del antiguo frigidarium como lugar de culto cristiano, siguiendo la práctica de otras termas romanas. Sin embargo, en ninguna de las dos etapas el espacio fue monofuncional: no únicamente higiénico, no solo religioso.
Esta investigación se complementa con la tesis doctoral de la autora (2001), y se enmarca en el contexto arquitectónico porticado publicado en los últimos años por M.C. Aguarod (2020).
Tres categorías directrices de vidrio (tesserae policromas de bóveda y pared, vidrio plano de ventana y lámparas) y el lapis specularis triangulan la resolución lumínica y nos informan sobre el ambiente y la vida en el espacio interior.
Destaca la identificación de un resto de opus musivum para bóveda (fig. 1), con predominio de tesserae de vidrio policromas, datado a inicios del siglo V, que es coetáneo de hallazgos de mosaicos funerarios paleocristianos (necrópolis occidental), en el contexto de una actividad artesanal activa con evidencias de algún taller vidriero secundario. Un resto de opus musivum, de características muy semejantes, procede de la isla del Fraile (Águilas, Murcia) también datado en los siglos IV-V (fig. 2).
Además, las lámparas de vidrio recuperadas se suceden cronológicamente, desde finales del siglo IV, cobrando relevancia en los ritos cristianos.
El aprovechamiento estructural y la costumbre evolutiva de las construcciones termales hacia iglesias y baptisterios se advierte en Hispania y por todo el Imperio, generalizándose, desde fines del siglo IV e inicios del siglo V con la consolidación del cristianismo. En este emplazamiento confluye un entorno con cierta tradición de edificios religiosos, como la iglesia de San Juan el Viejo (actualmente desaparecida), apelativo que podría responder al remoto origen del templo, o ser un epíteto de antigüedad, y con un epónimo vigente que apunta a la probable advocación de San Juan.