José Ignacio Royo Guillén
José Francisco Casabona Sebastián, Fabiola Gómez Lecumberri y Judit Paraíso
Al reanudarse los trabajos de arqueología relacionados con las intervenciones para la protección y puesta en valor de la villa de la Malena, (2017-2020), emprendidas y financiadas por la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, se han generado nuevos resultados que completan y hasta cierto punto modifican el conocimiento de la articulación arquitectónica del conjunto. Han sido principalmente las actuaciones de excavación arqueológica realizadas en 2020 y que han afectado al peristilo y al seguimiento de las intervenciones de conservación en los sectores E. y O. del conjunto ya conocido, las que han permitido ampliar dicho conocimiento, aquilatando tanto los aspectos cronológicos como decorativos y estructurales de este edificio.
Las aportaciones resultantes del seguimiento arqueológico sistemático de las obras de conservación en el ala oeste y de la excavación arqueológica de una considerable extensión del peristilo y del ala Este, han permitido conocer con detalle aspectos poco conocidos hasta el momento de la evolución constructiva, así como de la articulación de las fachadas del peristilo y de los módulos de las habitaciones del sector Este de la villa, en especial en lo relativo a los diferentes materiales constructivos empleados y al propio proceso de reforma y ampliación de la misma. La revisión de la estratigrafía del estanque y el peristilo, ha permitido ampliar el conocimiento de dichas estructuras, así como de la posible ordenación del espacio en el patio del edificio.
De especial interés ha sido la intervención de consolidación y restauración en la estancia 26, tanto en los zócalos de sus paredes sur y oeste, como en el mosaico de Cadmo y Harmonía. Los trabajos realizados en esta habitación, totalmente protegida y cubierta ya desde el año 2018, han permitido recuperar y documentar los restos de pintura mural de la parte baja del zócalo de la habitación, cuya composición pictórica que claramente relacionada con el resto de zócalos pintados, hasta ahora documentados, incluidos los del corredor Sur. La limpieza y consolidación del pavimento musivo de la estancia 26, además de recuperar de su lento e inexorable deterioro al mosaico más conocido de La Malena, nos ha permitido documentar el proceso de instalación de los mosaicos figurados de dicha estancia.
Por otra parte, la recuperación de diversos elementos de cultura material durante los trabajos arqueológicos llevados a cabo, tales como cerámica, mármoles, monedas y otros elementos constructivos o decorativos, permiten confirmar la estratigrafía propuesta en su día que permite situar el periodo de utilización de esta villa entre finales del siglo I, y mediados del siglo V de la Era, en un proceso muy similar al de otras construcciones rurales romanas del valle del Ebro y de la Meseta.