Carlos Mazo Pérez
Marta Alcolea Gracia
Los trabajos arqueológicos en la cueva AGP5 (Aguilón, Zaragoza) se desarrollan ya durante más de una década. Las últimas campañas de excavación, desarrolladas durante los años 2020 y 2021, se han visto muy afectadas por la situación de emergencia sanitaria derivada de la pandemia provocada por la Covid-19. A pesar de ello, la excavación en extensión del nivel mcp nos ha permitido documentar la ocupación musteriense más intensa de las conocidas en el yacimiento hasta la fecha. En este nivel, compuesto por dos fases, se ha recuperado una abundante industria lítica sobre sílex, donde predomina el tipo Botorrita, caracterizada por la presencia de raederas, muescas y denticulados, que se adscriben a los tecnocomplejos musterienses propios de los últimos Neandertales en la Iberia mediterránea. Se ha documentado también la presencia de diferentes estructuras de combustión que jerarquizan el espacio doméstico. La abundancia de restos de talla, fauna consumida y materiales arqueobotánicos carbonizados sugiere una ocupación intensa del espacio con el desarrollo de actividades diversificadas. A pesar de los esfuerzos realizados no disponemos por el momento de dataciones absolutas que nos permitan fechar esta ocupación, aunque por su posición estratigráfica sabemos que sería la más antigua de las documentadas hasta la fecha. El proyecto arqueológico en la cueva AGP5 (Aguilón, Zaragoza) se complemente con los estudios incipientes de nuevas secuencias, como la cueva Los Rincones (Purujosa, Zaragoza) y la revisión cronométrica de antiguas excavaciones arqueológicas como las realizadas en Peña Miel (Nieva de Cameros, La Rioja), revelando en los últimos años al sur del Ebro y la vertiente norte del Sistema Ibérico como parte de un territorio clave en la comprensión de la dinámica de las poblaciones humanas que conviven en el suroeste de Europa durante el Pleistoceno Superior.