Protocolo de conservación-restauración en ánfora con tituli picti.

María del Carmen Galvín Martínez y Alejandro Quevedo Sánchez

El objetivo de esta propuesta de póster es introducir a los asistentes en el ámbito de la conservación-restauración de bienes culturales, concretamente aportando un trabajo desempeñado sobre un ánfora arqueológica con tituli picti en estado precario de conservación, hallada en el yacimiento arqueológico de la isla del Fraile en Águilas (Murcia), demostrando de este modo los excelentes resultados que pueden obtenerse cuando se cuenta en campo con un verdadero equipo multidisciplinar. En concreto la figura del restaurador permite hacer diagnósticos in situ, intervenciones de urgencia como extracción en bloque o consolidación y asesoramiento al equipo en cuanto tratamientos de limpieza, evitando protocolos por defecto y garantizando tratamientos diseñados a medida de las necesidades del material descubierto.

Este ánfora, de procedencia africana del siglo V d. C, fue localizada en Sector 2, estancia de forma trapezoidal, con potente nivel de destrucción en el que se documentaron varias ánforas completas de diversa procedencia (Bética y Orientales de Grecia, Samos y Turquía) bajo el nivel de derrumbe superficial y sobre un nivel de circulación de láguena y posidonia oceánica. Destaca especialmente el ánfora sujeto de esta propuesta al ser la única en la que se documentaron signos de inscripciones visibles, convirtiéndola en uno de los hallazgos más relevantes del nivel.

La composición de los estratos, la elevada humedad relativa del subsuelo y la condición de derrumbe del sector hicieron que la pieza se hallara muy fragmentada, con concreciones salinas, además de que el pigmento de las inscripciones presentara descohesión hasta el punto de no resistir una leve fricción; por lo que hasta el proceso de levantamiento supuso un riesgo para la integridad de la pieza, siendo necesaria la presencia de un restaurador en el proceso.

La dirección de la campaña decide asignarle el custodio de la pieza y es trasladada a los laboratorios del Departamento de Conservación-Restauración de la Universidad de Barcelona y del Centro de Conservación-Restauración de Bienes Muebles de Cataluña para someterla a análisis físico-químicos que determinen las necesidades específicas del ánfora y su inscripción, con el objetivo de extraerle la máxima información posible. Destacando:

– Estudios con luz ultravioleta: en los que se evidencia el impacto de las concreciones salinas en la red cerámica, se excita el pigmento y se logran recuperar partes de pigmento muy erosionadas y que escapaban del umbral del ojo humano.

– Estudios con reflectografía infrarroja: para descubrir inscripciones previas en carbón o señas de plantilla, en definitiva, signos que evidencien si realmente se trataban de inscripciones o por el contrario eran motivos decorativos.

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