Antonio M. Poveda Navarro y José L. Fuentes Sánchez
La ubicación de la colonia romana de Ilici Augusta en el litoral del sureste hispano, frente a las cercanas costas norteafricanas de Argel, además de disponer de un activo puerto, el Portus Ilicitanus (Santa Pola), facilitó siempre las relaciones comerciales entre ambas orillas mediterráneas, dando lugar a una abundante llegada de cerámicas norteafricanas, principalmente vajilla de mesa y ánforas, pero también diversos tipos de lucernas. Precisamente, destaca la llegada al puerto de Ilici de unas lucernas de figlinas argelinas, caracterizadas por presentar sobre el disco, en el margo, una orla que contiene una leyenda latina que actúa de propaganda de las mismas lucernas, un buen ejemplo es, entre otras, las que muestran el texto EMITE LUCERNAS COLATAS AB ASSENI.
Este especial tipo de lucernas ha sido hallado en el mismo Portus Ilicitanus donde desemboca el río Vinalopó, en cuyo tramo final se localiza también la propia colonia de Ilici que aprovecha su corredor fluvial para introducir estos objetos por su ager interior y septentrional, como ilustran los hallazgos de los mismos en los oppida de Aspis (Castillo del Río, Aspe) y Elo (El Monastil, Elda), principales centros habitados dependientes de la citada colonia.
