César Heras Martínez
Los trabajos arqueológicos desarrollados en 2018 en el yacimiento de La Estación (Meco), dieron como resultado la localización de un complejo balneario que ha sido delimitado por completo y excavado en su práctica totalidad. De resultas de los distintos trabajos realizados se ha determinado una extensión para el yacimiento de 25.240,79 m2, de los cuales el balneum, junto con las estructuras asociadas de cocina y servicios, rondarían los 1.200 m2.
Aun sin poder definir si nos encontramos ante un complejo público o privado, el balneum de La Estación se construye de manera exenta a la vivienda. Presenta dos fases constructivas con un uso continuado. La primera de ellas se iniciaría en un momento indeterminado entre finales del reinado de Claudio (50-54 d. C.) o los inicios del de Nerón (54-60 d. C.). La segunda fase, más compleja de determinar, quedaría encuadrada entre el último tercio del gobierno de Domiciano (90-96 d. C.) y el de Nerva (96-98 d. C.), aplicando un programa de monumentalización del edificio. Su pervivencia parece quedar atestiguada hasta bien avanzado el siglo II, cuando un progresivo deterioro nos lleva hasta su abandono definitivo, posiblemente en algún momento del reinado de Cómodo.
Dispersos en distintos puntos del complejo termal y con una alta concentración en el espacio situado entre el praefurnium de la sudatio y esta misma estructura, se recupera una gran cantidad de fragmentos cerámicos pertenecientes a ollas perforadas de variada tipología.En la literatura científica vienen asociándose con macetas para contener plantas, ya sea ornamentales o medicinales. Sin embargo, el lugar donde se ubican las por nosotros localizadas podría abrir una nueva perspectiva, al ponerlas en relación con una función de tipo constructivo, en la que el aligeramiento en el peso de los elementos empleados se presentaba como un valor añadido.