Raquel Guimarães, Paula Plaza Conesa, Sara Aranda Ojeda, Catalina Mas Florit, Esther Chávez-Álvarez, Miguel Ángel Cau Ontiveros, José Carlos Quaresma
La ciudad de Pollentia cuenta con una larga tradición de investigación y difusión de los resultados de las intervenciones. Esta ciudad se convirtió, en época romana, en uno de los principales núcleos urbanos de las islas Baleares, siendo un punto central en las dinámicas comerciales del Mediterráneo occidental. Las fuentes escritas sitúan su fundación histórica en el 123 a. C. La ciudad experimentó un importante desarrollo en época republicana, un período de monumentalización durante los primeros siglos del Imperio e importantes reformas en torno a finales del siglo II o inicios del siglo III d. C. Hacia el 270-280 d. C. la ciudad se vio afectada por un gran incendio, pero la vida continuó durante época vándala y bizantina, con indicios de ocupación islámica y medieval. La ciudad, completamente transformada, fue languideciendo hasta el siglo XIV, cuando se abandonó definitivamente.
Esta contribución se centra en un contexto hallado durante las intervenciones arqueológicas en la llamada “Fortificación Tardía”. Trabajos recientes en esta estructura defensiva que cerró el foro a modo de ciudadela han puesto de manifiesto que se trata de una construcción de época bizantina, relacionada con la política de fortificación de las ciudades del Mediterráneo occidental, emprendida por el emperador Justiniano. Las excavaciones del año 2018 revelaron la presencia de elementos más antiguos por debajo del relleno de esta fortificación. Entre estos, se detectó una estructura negativa [UE 9783], un aparente pozo negro. Esta hipótesis se corrobora, al menos en parte, por el hecho de que esta estructura se encuentra precisamente donde desemboca una de las canalizaciones de aguas residuales de una de las tabernas del foro, la llamada Habitación Q.
En esta contribución se presenta el estudio ceramológico preliminar de algunos de los materiales de una de las unidades de relleno del pozo [UE 9804], que contenía un número muy elevado de fragmentos cerámicos de diferentes clases. Entre estos destacan varias producciones, regionales e importadas, de cerámica de cocina, cerámica de barniz negro, un número considerable de cerámicas comunes y tres clases cerámicas que fueron objeto de un análisis más detallado y que constituyen el núcleo principal de esta contribución: el material anfórico, la terra sigillata y la cerámica de paredes finas.
A la vista del material de la UE 9804, llama la atención la relativa uniformidad cronológica que muestra la terra sigillata, de proveniencia mayoritariamente itálica, que presenta, salvo pocas excepciones, un terminus post quem y ante quem entre el 15 a. C. y el 15-20 d. C., cronología que se ve reforzada con la datación propuesta para las escasas marcas identificadas.
Curiosamente, aunque sea relativamente más complicado obtener una cronología concreta con los materiales anfóricos, la presencia mayoritaria de la forma Pascual 1, cuyo apogeo de difusión se da precisamente en el primer cuarto del siglo I d. C., parece corroborar una datación durante el periodo de Augusto para la formación de este contexto. Esta cronología se confirma también con las paredes finas. Cabe destacar que los contextos del siglo I d. C. en Pollentia son relativamente escasos y de ahí el interés de este contexto cerámico.